3 de cada diez ecuatorianos votaron por Arauz. El correismo conserva su base sólida de 30%. Lección para quienes celebraron la condena de Correa, que decían que está muerto: pues NO. Está “vivito y coleando”, más que él, el proyecto.
Otro 20%, 2 de cada diez, votaron por Lasso. Un pésimo resultado después de tres campañas. Baja 10 puntos respecto de la elección anterior. Arrancó con 20 y cerró con veinte. Una muy mala campaña: fría, distante, publicitaria al antiguo estilo, con errores no forzados muy feos. La alianza con el PSC no sumó nada.
Pero 5 de cada diez votantes, el 50% no votaron ni por Lasso ni por Arauz. No piensan en la polarización como eje de decisión de voto. Hervas, con una campaña disruptiva, ligera, sin mucho contenido, logra 15/16 puntos. Jóvenes, clase media, centro izquierda urbana de la sierra. Habrá que mirar más a fondo los resultados, pero por ahí va su votación.
Yaku, con muy pocos recursos, suma 20 puntos. A su base indígena, suma adhesión con dos ejes claros: ambiente-cambio climático y derechos-desigualdad. Las dos preocupaciones de las nuevas generaciones, en Ecuador como en USA o Japón. Y se paró firme contra el correismo: “en lugar de recuperar el futuro porque no recupera lo robado”, le dijo a Arauz.
Otros candidatos recogieron unos 12 puntos en total: gente que tampoco quería votar por ninguno de los dos extremos.
El eje izquierda-derecha, la polarización como base de adhesión política, es cada vez menos rentable.Las nuevas generaciones buscan soluciones a los nuevos problemas del mundo: contaminación, energías renovables, transporte alternativo, economía circular. Respuestas a derechos fundamentales: de la mujer, de minorías, de los más pobres. Racismo, exclusión.
También son mucho más abiertos a aceptar a diversidad. Todo enmarcado en dos ejes claros: cambio climático y desigualdad, que deben ser la base cualquier proyecto político en estos tiempos. que nunca estuvieron en la agenda de Lasso y Arauz no tiene argumentos después de que Correa se llevó puesto el Yasuní, el fracaso Yachay, la persecución, etc.
Son votantes transversales. Los jóvenes son mucho más abiertos a aceptar a diversidad; ya no hay el corte regional tan rígido. Yaku y Hervas obtienen importantes caudales de votos en Guayas, Manabí. Pueden penetrar en los jóvenes de Manta, Tulcán o Cuenca. En una comunidad rural de la sierra, como en un barrio clase media de Quito.
De cara a la segunda vuelta, las barajas están en la mesa: el correismo con su modelo conocido, autoritario, polarizador, populismo puro y duro. El revival setentista!
Yaku, que representa sin duda un cambio en Ecuador. Un candidato indígena en el balotaje por primera vez, con muy buenas posibilidades de ganar: menos imagen negativa, menos “nunca votaría”, mejor intención de voto en mano a mano con Arauz.
Quizás por eso Correa ya salió a defender que Lasso es quién pasa a segunda vuelta; sabe que con Yaku la tiene difícil.
Los cambios se dan por la miopía de las élites que se encierran en una burbuja, que se niegan a entender los cambios de la sociedad.
La campaña lo definirá, pero al día de hoy, Yaku Pérez tiene muchas más posibilidades de ser el próximo presidente del Ecuador.