El artículo 141 del Código de la Democracia dice:

“El escrutinio nacional consistirá en examinar las actas levantadas por las juntas provinciales, distritales y de las circunscripciones especiales en el exterior, a fin de verificar los resultados y corregir las inconsistencias cuando haya lugar a ello. El Consejo podrá disponer que se realicen las verificaciones o comprobaciones que estime necesarias”.

El texto es claro. Podrá hacer las verificaciones o comprobaciones que estime necesarias.

No necesita que ningún candidato presente nada. DEBE ACTUAR.

Podría por ejemplo:

Disponer el reconteo en todas las provincias donde el número de actas con inconsistencias supere el 10%.

Si ponen a los candidatos a definir donde recontar, es lógico que cada uno busque su conveniencia. Nunca van a ponerse de acuerdo. Pero hay una percepción de fraude en una gran mayoría de ciudadanos. Las inconsistencias en Guayas son sorprendentes. También en Manabí, Esmeraldas, Los Ríos, Pichincha.

El CNE debe garantizar transparencia en el proceso. Ellos mismo afirman esto en cada discurso y declaración a los medios. Bueno, es hora de que lo hagan.

El resultado de ese reconteo deberá ser proclamado y respetado por todos los candidatos para ir a la segunda vuelta con un escenario un poco menos opaco.

Ojalá los consejeros del CNE sean capaces, por una vez, de pensar en el país.      

De entender que necesitamos que llegue a Carondelet un presidente con toda la legitimidad posible, para poder construir acuerdos en medio de una de las peores crisis de nuestra historia.

 

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