AHORA, MÁS QUE NUNCA, LA TAREA ES DARLE SENTIDO A LA VIDA

Sábado 7 de Enero.

Preparo la pasta, esta vez va al alio-olio con zuchini. Sencilla, con buen baguete ( uno de masa madre que me encontré que es una barbaridad). Acompaño con un vino Pugliese exquisito. 

Escucho una playlist que armé hoy, con viejas canciones de rock melódico que fueron el soundtrack de mi vida. Cada una me trae postales, momentos, un inmenso flashback de amores, amigos, errores, dolores, lugares. Mi vida pasa por la mente y el corazón. Río, bailo, lloro. Es como visitar una gran expo fotográfica de mi propia vida para seguir aprendiendo.

Este año cumplo setenta años.  A estas alturas, uno no sabe sI esta jugando los descuentos, los suplementarios o los penales.

 Lo que si sabe es que hay que vivir cada día como si fuera el último.

Hacerlo en cámara lenta, sacarle el jugo a cada sabor, a cada acorde, a cada bocanada de aire al caminar por el parque con Mateo Manuel. Hay que sentir y metabolizar  cada frase de esa poesía maravillosa que es vivir.

Siento que es el mejor momento de mi vida. Ya no tengo que demostrar nada ni perseguir el éxito. Tampoco quiero ser el más rico del cementerio. Lo que sí quiero es renovar mis sueños, mis utopías, mis principios, para salir armado hasta los dientes  a luchar mis batallas: defender la democracia, combatir la desigualdad, trabajar cada día para evitar la catástrofe que nos trae el cambio climático.

 Setenta años. Ahora, más que nunca, la tarea es darle sentido a la vida.