Venía pensando en que la única salida para el Ecuador en una crisis tan profunda cómo la que vivimos es un gran acuerdo nacional, en el que participen todos los sectores. Algo que, con 16 candidatos, sonaba imposible.
Estos días, gracias a un hecho muy negativo, un posible fraude electoral, esa posibilidad comienza a materializarse.
Respondiendo al llamado de Yaku Pérez, Guillermo Lasso aceptó asistir a una reunión en el CNE para dar paso al reconteo de votos en las provincias con más actas “con novedades”.
Una reunión, en medio de una campaña política, entre un representante de la “oligarquía”, para decirlo en modo SS21, con un líder indígena, para acordar los términos de un proceso que garantice transparencia a los resultados del domingo 7F, tiene un gran valor en tres dimensiones:
Simbólica: porque es todo un hito que los ecuatorianos puedan ver a sus dirigentes políticos dándose la mano, hablando, negociando, es decir, haciendo lo que la gente común dice desde hace años: ¡que dejen de pelar y vean cómo solucionan los problemas!
Histórica: porque se trata de un puente entre dos sectores antagónicos desde el inicio de la república. Hace algo más de un año, Jaime Nebot dijo en Guayaquil, durante el levantamiento de octubre 2019, “que se regresen al páramo”, refiriéndose a los indios. Es muy bueno que Lasso y Pérez, representantes de ecuatorianos que tienen visiones muy distintas del modelo de estado, del país, se acerquen, puedan hablar, conocerse. No lo hacen en el gobierno, forzados por un “paro”; lo hacen para, una vez que se sepa el resultado final, apoyar al que pase a la segunda vuelta y enfrentar unidos al correismo. Esta actitud, está foto, cierra una grieta histórica.
Política: porque genera la posibilidad de un acuerdo. Decía en un chat a un grupo de talentosos jóvenes politólogos y periodistas, que debemos recuperar el Ecuador de la sensatez. No podemos vivir un modelo que nos divide, que confunde estado con proyecto político. Hemos vivido cerca de quince años ese modelo, que pensamos que la polarización es el único modo de convivir. Es tiempo de buscar acuerdos.
Es tiempo de sensatez. Necesitamos un Gran Acuerdo para:
Combatir la pobreza en la que vive el 45% de la población, es decir, casi ocho millones de ecuatorianos ( Siete de cada diez no tienen trabajo o están en la informalidad )
Trabajar para que vuelvan a la escuela los miles de niños que ahora mendigan en las calles de nuestras ciudades.
Salvar a un IESS quebrado, insostenible.
Combatir la marginación y desigualdad que condena a miles de niños y jóvenes a un futuro de miseria.
¿Cómo vamos a solucionar esos graves problemas sí el nuevo gobierno hereda un país que debe pagar 40.000 millones de deuda externa entre 2021 y 2025 ( solo en el 2021 necesita 10.000 millones para pago de intereses y capital ), sin contar los más de 10.000 millones de cuentas por pagar a proveedores, gobiernos locales y otros que Moreno deja como “mesa servida”?
No tenemos alternativa. Tenemos que trabajar unidos. Hoy se da un primer paso., queda por delante todo un camino.
Traduje un fragmento del poema de Amanda Gorman, hecho para la posesión de Joe Biden.
“Cuando llegue el día, saldremos de la sombra en llamas y sin miedo.
El nuevo amanecer florecerá a medida que lo liberemos.
Porque siempre hay luz.
Si tan solo somos lo suficientemente valientes para verla,
Si tan solo somos lo suficientemente valientes para serlo”.